Las galletitas son redondas como un pan de bono… se ven provocativas. ¿Las comería si le dicen que están hechas con coca? La mejor pastelera de Colombia está convencida de que el proyecto Coca no Cocaína puede nutrir la gastronomía colombiana. Mónica Ríos Conde es una de las encargadas de enseñarnos los usos de la harina de coca y las diversas alternativas que hay a partir de ella. Este proyecto del Lab Gato Dumas aboga por “este desafío que hace uso de la riqueza natural de Colombia, favoreciendo a las comunidades agrícolas” y haciendo que, aunque sea a paso lento, se cambie la percepción del consumo de coca en el país.
Productos como mayonesa, aceite de coca, galletas, helado, crema, barras de energía, cocteles, vinagreta y mantequilla se han generado a partir de la harina.
“La guerra contra las drogas ha tenido un impacto innegable e cientos de comunidades locales durante más de 60 años. Ambientalmente esto ha causado un daño irreparable a las principales fuentes de agua y ecosistemas además de que, socialmente ha trastocado la vida debido al conflicto armado y el narcotráfico”, exponen. Para este proyecto gastronómico han reunido a destacados chefs de Colombia, instituciones académicas con apoyo del Servicio Nacional de Aprendizaje – SENA, y fundaciones como Tierra de Paz y Open Society Foundations. El objetivo además es buscar que se exporte coca como un producto 100% orgánico y darle un uso cotidiano.